En un cruce de veredas durante la faena diaria, al volver a casa en medio de la penumbra, o en el viaje de ida hacia el Mictlán, los personajes de estos cuentos enfrentan el escarnio de nahuales, fantasmas, brujos y otros seres que se ocultan tras la forma de elegantes fuereños y jóvenes hermosas. Estos aliados de la Muerte y del Diablo, nacidos de añejas tragedias o rencores incurables, andan sueltos por el pueblo, haciendo de las suyas para terror y espanto de los que se topan con ellos.